Una historia
- Fundación de la empresaSatmar nace del encuentro entre cultivadores de ostras planas e inversores americanos apasionados por la acuicultura, con el objetivo de subsanar la falta de larvas.
- Introducción las almejas japonesasYves Le Borgne, de Satmar, junto con el organismo francés CNEXO (Centro Nacional para la Explotación de los Océanos) introducen las almejas japonesas en Francia, en la isla Tudy.
- Satmar inventa la venericultura
- Inicio de la cría de almejas en las islas Chausey
- Nacen las primeras ostras triploides europeas en las instalaciones de Satmar
- Inicio de la producción de ostras de 18 meses en Landéda (Bretaña).
- Compra de la empresa Jansensque desde entonces ha doblado su tamaño. Produce y distribuye su producción de ostras con el nombre «Jardins ostréicoles de Tatihou»
- Traspaso de la empresaEl señor y la señora Goelet, los últimos representantes de los fundadores de Satmar, traspasan la empresa a sus nietos.
- Olav Goelet se convierte en presidente de Satmary toma así la antorcha de su abuelo.
Un oficio
Aparecida a finales de los años 60 en la otra orilla del Atlántico, la cría de moluscos llegó a Francia en 1972. Aunque desde entonces las técnicas empleadas han evolucionado enormemente, la finalidad siempre ha sido la misma: proporcionar a los productores de moluscos y a sus clientes larvas de gran calidad, dominando los retos de la naturaleza.
Producción segura
Los moluscos son, ante todo, productos vivos, sensibles a los cambios de su entorno, como el aumento de la temperatura, la disminución del PH, la posible contaminación... De ahí nuestra cultura de máxima seguridad, que se traduce en la diversidad de nuestras implantaciones en zonas protegidas, y en una vigilancia constante en todas las etapas del desarrollo.
Personal y medios muy cualificados
Asegurar una producción constante y de calidad, utilizando al máximo los recursos de la naturaleza, exige contar con un personal apasionado, comprometido y muy cualificado, que disponga además de las últimas tecnologías en cultivo de moluscos.
Botas, no camisas
Antes que nada nos sentimos criadores de animales, que trabajamos en el medio natural, en algunos de los lugares más bellos de Francia, de los que nos sentimos garantes y responsables. Trabajamos lo más cerca posible de nuestros animales. Los alimentamos, los seleccionamos y les damos el máximo espacio posible para que puedan desarrollarse en un ambiente de total tranquilidad.
Una ética
Nuestros 45 años de experiencia y nuestro agudo sentido de observación nos han enseñado que en la cría es indispensable dejar a los animales el tiempo y espacio necesarios para crecer, desarrollarse y madurar de forma natural, y que una limpieza rigurosa es mejor que cualquier antibiótico. El mar nos da todas las respuestas a nuestras preguntas si sabemos mirarlo de cerca. Este es el espíritu con el que trabajamos cada día.